Enrique Hernandorena en su ficha de embarque hacía México |
Al terminar la guerra de España en 1939, toda una generación de hombres y mujeres comprometidos con la democracia, defensores de valores de igualdad, de justicia social, de dignidad, de cultura se vieron abocados a un exilio que les arrancó para siempre de sus raíces y del porvenir que tenían trazado.
Enrique Hernandorena en su ficha de embarque hacía México |
Manuel de la Loma a bordo del Juan Sebastián Elcano cerca del Canal de Suez (Archivo familiar Manuel de la Loma) |
Manuel de la LOMA
FERNANDEZ-MARCHANTE nació en Madrid el 3 de marzo 1903 en una familia acomodada
y liberal que mandó a sus hijos a estudiar a la Institución Libre de Enseñanza.
Estudió con buenas notas la carrera de Medicina en la Universidad Central de Madrid, licenciándose en 1927 e ingresó ese mismo año en el Cuerpo de Sanidad de la Armada. Podemos pensar que tenía vocación por la medicina, pero también vocación de marino y seguramente ganas de ver mundo. En 1930 obtuvo su doctorado.
Manuel de la Loma en 1927 (Archivo familiar Manuel de la Loma.) |
Estuvo destinado como teniente
médico a los Arsenales de El Ferrol y de San Fernando y en varios buques de la
Armada como el acorazado Alfonso XII, el cañonero Recalde y el cañonero Canalejas
en el que navegó frente a las costas de Río de Oro y Cabo Juby, en África.
Estuvo destinado como teniente médico a los Arsenales de El Ferrol y de San Fernando y en varios buques de la Armada como el acorazado Alfonso XII, el cañonero Recalde y el cañonero Canalejas en el que navegó frente a las costas de Río de Oro y Cabo Juby, en África.
De su viaje alrededor del mundo. Delante de las pirámides de Egipto (2º por la derecha) y en Japón, bailando con geishas (Fotos: Archivo familiar Manuel de la Loma). |
En 1934 alcanzó el grado de capitán
y embarcó en el Juan Sebastián Elcano con el que dio la vuelta al mundo.
Manuel de la Loma en el campo de Boghari (Foto de su ficha, Archives Nationales d’Outre-Mer) |
Manuel de la Loma y Sinaída Danilova (Foto: Archivo familiar Manuel de la Loma) |
Gracias a la
mediación de la Cruz Roja Manuel de la Loma y su familia regresó a España en
enero de 1957 en la motonave Krym (o Crimea). La vuelta a España
no fue fácil. Fue interrogado y fichado por la policía nada más desembarcar del
buque, en Benicasim, sometiéndole a interrogatorio y a foto con un número colgado del cuello como un delincuente. Se creó una comisión para investigar y hacer el seguimiento
a los repatriados que duró una década y en la que participó al parecer la CIA.
No tuvieron pasaportes hasta la muerte del dictador. La España de la época les
fue hostil, como lo era también para la mitad al menos de los españoles. Bien
es cierto que la familia “nunca tragó eso de ‘presentes, viva franco’ y
otras alegorías fascistas” y nunca dejó de celebrar el aniversario de la
Revolución Rusa con otros repatriados de la URSS en auténticas fiestas al
estilo ruso, ruidosas y “desmadradas”, como recuerda su hija Asia.
Trabajó en
varios ambulatorios, en un centro privado y el Centro Nacional de
Rehabilitación. Fue pluriempleado, como lo eran también muchos españoles de la
época. Para él, fue “una desilusión volver a su querida España y
reencontrarse con su familia, sin perspectivas de que su patria volviera a ser
democrática y los republicanos pudieran vivir sin el miedo en el cuerpo”,
dice su hija Asia. Afrontó la situación como era él, un hombre sencillo,
íntegro y reservado. Llevó una vida lo suficientemente desahogada como para
poder adquirir una “caseta” sin luz ni agua en Menorca y un chalé en la sierra
madrileña, que no pudo disfrutar, ya que falleció el 4 de noviembre de 1968 de
un infarto al salir de una noche de guardia en el ambulatorio de Pontones de
Madrid.
Esta biografía le debe mucho a
su hija Asia de la Loma Danilova
que me hizo el regalo inestimable de sus Recuerdos y de la que tan
cercana me siento. También le debe a Miguel MARCO IGUAL con su libro
sobre los médicos republicanos en la URSS.
Otras fuentes:
D.O. 1927-04-25; D.O. 1937/09/02; D.O. 1940/01/05; La Vanguardia 1938/08/31; Archivo Histórico del Partido Comunista de España (AHPCE), Emigración en URSS, 98/1.3, p.181; Centre des Archives Diplomatiques de Nantes (CADN) 2MI-563, fol.69; Archivo Histórico Nacional (AHN), Fondo: Ministerio del Interior. Serie: Expedientes Policiales. Signatura: FC-Mº INTERIOR_POLICIA_R, ; Centre des Archives Diplomatiques de Nantes (CADN) 2MI-563, fol.78; CADN 2MI-563, fol.81; CADN 2MI-563, fol.95; Archives Nationales d’Outre-Mer (ANOM) ALG Alger 1F-76; ENCINAS MORAL Ángel Luis. (2008). Fuentes históricas para el estudio de la emigración española a la URSS (1936-2007). Madrid: Exterior XXI; GUERRA, Francisco. (2003). La medicina en el exilio republicano. Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá de Henares; MARCO IGUAL, Miguel. (2010). Los médicos republicanos en la Unión soviética, Barcelona: Flor del viento. MORENO IZQUIERDO Rafael. (2017). Los niños de rusia: la verdadera historia de una operación de retorno. Barcelona: Ed. Crítica.
Sobre la odisea del José Luís Díez:http://exiliomarinosrepublicanos.blogspot.com/2020/05/castro-izaguirre-y-la-odidea-del-jose.html#more
El maquinista Francisco Baptista Florenza (Archivo familiar Baptista Florenza) |
En julio de 1936, Francisco Baptista Florenza, segundo maquinista, era Maquinista
de Cargo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Por ser período
vacacional, la nave estaba atracada en el Arsenal de la Carraca de San
Fernando, en Cádiz. En el momento del golpe militar, el comandante del barco,
el capitán de navío González-Aller, se adhirió a la sublevación e invitó a la
tripulación a seguir su ejemplo. Francisco Baptista Florenza, junto con unos 15
o 20 miembros de la dotación, rechazó unirse a la rebelión y así lo manifestó.
Todos ellos fueron desembarcados e internados en las dependencias militares de
la Casería de Ossio de San Fernando. Entre agosto y septiembre fueron
trasladados al penal de Cuatro Torres, dentro del Arsenal Militar de la Carraca
y se les comunicó que iban a ser procesados por…rebelión militar.
Pero un día de octubre, sin juicio, sin sentencia, Francisco
Baptista fue “elegido”, junto con otros dos compañeros maquinistas, Enrique
Fernández García y Aquilino Pombo Ríos, para ser fusilado de madrugada por un
pelotón de guardias civiles voluntarios en las tapias del cementerio.
Francisco Baptista Florenza murió con 31 años en la noche del
10 al 11 de octubre de 1936.
Había ingresado en el cuerpo de
maquinistas en 1925, con 20 años. Nacido en Zaragoza en 1905, vivía en Ferrol,
en el número 60 de la calle Canalejas. Estaba casado con Sara Torrente Márquez
y tenían dos hijos, María del Carmen de 6 años y Francisco de 4 años. En el momento
del asesinato, la madre y los dos niños estaban en la casa de veraneo al otro
lado de la ría. Se tuvieron que ir a Vigo, para esconderse en casa de una amiga
de la madre, ya que se sintieron amenazados. No le concedieron pensión a su
viuda y la familia sobrevivió en condiciones muy precarias.
En la Causa 156/36 –sin sentencia,
obviamente- que se le abrió a Francisco Baptista Florenza consta su único delito:
manifestar al comandante de Elcano que no colaboraría "con el Movimiento
iniciado".
Pasaron los años, pero María del Carmen y Francisco,
los hijos de Francisco Baptista Florenza, no lo olvidaron. En 2004 o 2005 Francisco,
o Pin como le llamaba su familia, publicó en El País una esquela por el
asesinato de su padre. En una conversación posterior con él, me contó aquellos crímenes, casi desconocidos en aquel momento, y me recomendó el libro Trigo
tronzado. Crónicas silenciadas, a través del cual descubrí todo el horror
de la matanza que perpetuaron los sublevados franquistas en Cádiz y San Fernando.
Pin, por desgracia, se fue antes de haber encontrado a su padre.
En 2016 la Asociación AMEDE empezó a abrir una fosa común en el cementerio de San Fernando de Cádiz. Han sido muchos años de trabajo, con poca financiación, mucho trabajo voluntario, entusiasmo, rigor científico y el compromiso de resarcir a las víctimas y el dolor de sus familiares.
Fue una ilusión muy grande para María del Carmen, Nena como
la conocemos todos. En 2018 mandó muestras de ADN para poder identificar a su
padre. El tiempo se le agotaba y vivía con la angustia de no encontrarlo. Por
fin, el día 1 de agosto de 2023 la han llamado de San Fernando: habían
encontrado a su padre, había coincidencia con su ADN. Para Nena ha sido una alegría
indecible, aunque se pasó el día llorando.
Al cabo de 87 años, un desaparecido
ha sido encontrado.
María del Carmen Baptista en su casa de Cartagena, con el retrato de su padre (Foto: Pablo Sánchez del Valle) |
Victoria Fernández Díaz
Fuentes:
Testimonios inestimables de Nena y Pin Baptista
CASADO MONTADO José, Trigo tronzado. Crónicas silenciadas y
comentarios. Autor. San Fernando (Cádiz): 1992
DOMINGUEZ PÉREZ, Alicia, El verano que trajo un largo
invierno, Quorum, Cádiz: 2011. Reeditado en 2014
LOPEZ MORENO, Miguel Ángel, República, Alzamiento Y Represión En San Fernando. 1931-1941, AMEDE. San Fernando: 2019
VEGA BLASCO, Antonio de la, El Cuerpo de Maquinistas de la Armada (1850-1950), Ministerio de defensa, Madrid: 2009
Lucas Amil Mosquera (foto enviada por su sobrino-nieto Jesús Martínez Amil. |
Lucas AMIL MOSQUERA nació en Cecebre, Coruña, el 5 de julio de 1909. Era el mayor de 14 hermanos, de familia muy modesta, labradora. Con 17 años ingresó en la Marina como aprendiz marinero embarcando en el buque escuela Galatea.
Buque escuela de maniobra Galatea destinado a los aprendices marineros a partir de 1928. (Foto: Todo Colección). |
Dos años más
tarde, en 1928, fue promovido marinero especialista en marinería, embarcando en
el crucero Almirante Cervera.
Crucero Almirante Cervera en 1928 (Foto https://vidamaritima.com/https://www.defensa.com/) |
Con este buque fue a La Habana en 1929 con motivo de la toma de posesión
del segundo mandato del dictador Machado. A la vuelta, transportaron,
desmontado, el aeroplano “Jesús del Gran Poder” que había recorrido 6.550 kilómetros
sin escalas, en 44 horas de vuelo ininterrumpido, consiguiendo la mejor marca
mundial de duración de un vuelo de avión terrestre. Los 2 pilotos y el avión
desembarcando en Cádiz el día 7 de junio de 1929.
En 1931, como cabo de Marinería, tras aprobar el curso correspondiente en el polígono de tiro naval “Janer” en Marín, fue nombrado telemetrista en telémetros de coincidencia y revalidó su nombramiento con otro curso en febrero de 1933. En 1934 se le concedió la continuidad en el servicio por tres años por segunda vez, encontrándose embarcado en el Libertad.
Desde 1931 era de la Agrupación Socialista de Ferrol y lo siguió siendo
en Cartagena. Durante la guerra fue miembro del Comité de Gobierno en el
crucero Libertad.
Transporte de la lancha torpedera n. º21 en Cartagena (Foto: archivo José Fernández Navarro) |
Pasó a Francia en el momento de la Retirada puesto que las lanchas
torpederas estuvieron varios días esperando órdenes en Cala Monjoy antes
de transportar algunos mandos a Francia. Fue internado
en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer. En el mismo campo recibió, el
1 de junio de 1939, una carta del S.E.R.E (Servicio de Evacuación de Refugiados
Españoles) anunciándole que había sido seleccionado para embarcar en Burdeos,
en el vapor Ipanema y allí lo trasladaron. Pero incluso en el caso de
ser seleccionado, no era fácil marchar a México. Cuando atracó el Ipanema,
estuvieron llamando a los que debían de embarcar, pero a él no lo reclamaron.
Había sido eliminado de este embarque y le dijeron de esperar al Mexique.
El paquebote Mexique (Foto: FREE) |
Pero cuando llegó este buque tampoco lo convocaron. En ese momento,
cuando estaba desesperado y sin saber qué hacer, le llamaron por los altavoces
para subir al barco y acudir a una mesa a la entrada del barco. Allí tenía un
giro de 1.000 francos que le entregaron, sin saber de quién provenía. Sin
pensárselo, con el dinero en el bolsillo, en vez de bajar del barco, se adentró
en el buque y así llegó a Veracruz como polizón el 14 de julio de 1939. Ese dinero había sido
proporcionado por la SHC, Sociedades Hispanas Confederadas de los Estados
Unidos de América, que ayudaba muy activamente a evacuar exiliados de Europa y del
Norte de África.
Recorte del periódico España Libre del 19 de enero de 1940. |
El exilio a México ha sido presentado muy a menudo como un exilio dorado. Sin embargo, entre los marinos, salvando algunas excepciones, reinventarse la vida fue difícil y en general ejercieron actividades por debajo de sus capacidades reales.
Tras unos días en Veracruz, el SERE mandó a Lucas Amil a «provincia»,
es decir al campo, a cumplir con el plan de colonización agraria en zonas
despobladas de México que formaba parte de un proyecto personal del presidente Lázaro
Cárdenas. En concreto fue mandado a la Hacienda Santa Clara, en Chihuahua,
donde fueron enviados 271 refugiados para formar una cooperativa agraria. Pero
los terrenos eran un páramo, el clima muy duro, no había agua ni casas
construidas y los trabajadores dormían en tiendas de campaña. No se podía llevar una vida mínimamente digna así
que como la mayoría de españoles Lucas marchó en cuanto pudo a alguna ciudad. Creó
con otros amigos una fábrica de chorizos que terminó por cerrar y
posteriormente se dedicó a la venta de ropa en la calle. En 1940, se reunió en Puebla
con compañeros de las lanchas torpederas, Juan Gómez Monteagudo y José Hermo
Pérez así como otro auxiliar de marinería, Andrés García Gabín, amigo suyo. Trabajaron
en fábricas textiles y de hilados de Puebla, ayudándose mutuamente y manteniendo el
contacto.
En agosto de 1941 consiguió trasladarse a Ciudad de México que era dónde
los españoles mandados a los ejidos procuraron reunirse porque una gran ciudad
permitía encontrar mejores ocasiones para sobrevivir más acorde con su forma de
vida. Lucas Amil, por mediación de un primo de su padre encontró trabajo en las
Bodegas Santo Tomás. Se naturalizó mexicano y en 1948 se casó con una mexicana.
Posteriormente, creó un negocio de venta de maquinaria, que continuó hasta su
fallecimiento.
Formó parte de la Agrupación
Socialista Española de México y visitaba asiduamente al antiguo Comisario Bruno
Alonso, como lo atestigua un nieto, Carlos González Alonso, que recuerda
perfectamente las visitas de Lucas Amil.
Volvió a España, a su Cecebre natal,
como mexicano, en 1955, fuertemente vigilado por la guardia civil. Muerto
Franco, reclamó sus derechos pasivos a Marina, que le fueron otorgados, aunque
parcialmente. Volvió de nuevo a España para celebrar su 90 cumpleaños. Cinco
años más tarde, el 26 de diciembre 2004, falleció a los 95 años en México.
Nota
Este relato debe mucho a Jesús Martínez Amil, sobrino de Lucas Amil Mosquera.
También se basa en diversas fuentes: D.O. 1928/09/14; D.O. 1931/06/03; D.O. 1931-06-03; D.O. 1933-02-02; D.O. 1934-07-16; D.O. 1937/11/06; Cartagena Nueva,1938/02/28, 002; España Libre 1940-01-19; ADELANTE, órgano del Partido Socialista Obrero México, Diciembre 1957; La voz de Galicia, 2004/12/28; Fundación Pablo Iglesias; Archivo Naval de Cartagena (ANC), causa 557/39; Family Search; Manuel Pedreiro, correspondencia con Victoria Fernández Díaz.