Francisco Baptista Florenza (Archivo de la familia Baptista)
En
julio de 1936, Francisco Baptista Florenza era maquinista de cargo del buque
escuela Juan Sebastián Elcano. Por
ser período vacacional, la nave estaba atracada en el Arsenal de la Carraca de
San Fernando, en Cádiz. En el momento del golpe militar, el comandante del
barco, el capitán de navío González-Aller, se adhirió a la sublevación e invitó
a la tripulación a seguir su ejemplo. Francisco Baptista Florenza, junto con
unos 15 o 20 miembros de la dotación, rechazó unirse a la rebelión y así lo
manifestó. Todos ellos fueron desembarcados e internados en las dependencias
militares de la Casería de Ossio de San Fernando. Entre agosto y septiembre
fueron trasladados al penal de Cuatro Torres, dentro del Arsenal Militar de la
Carraca y se les comunicó que iban a ser procesados por…rebelión militar.
Pero
un día de octubre, sin juicio, sin sentencia, Francisco Baptista fue “elegido”,
junto con otros dos compañeros maquinistas, Enrique Fernández García y Aquilino
Pombo Ríos, para ser fusilado de madrugada por un pelotón de guardias civiles
voluntarios en las tapias del cementerio.
Francisco
Baptista Florenza murió con 31 años en la noche del 10 al 11 de octubre de 1936.
Había ingresado en el cuerpo de
maquinistas en 1925, con 20 años. Vivía en Ferrol, en el número 60 de la calle Canalejas. Estaba
casado con Sara Torrente Márquez y tenían dos hijos, Mª Carmen de 6 años y
Francisco de 4 años. En el momento del asesinato, la madre y los dos
niños estaban en la casa de veraneo al otro lado de la ría. Se tuvieron que ir
a Vigo, para esconderse en casa de una amiga de la madre, ya que los persiguieron, amedrentaron
y amenazaron. No le concedieron pensión a su viuda y la familia sobrevivió en condiciones muy
precarias.
Estos
niños, hoy mayores, no saben aún dónde está enterrado su padre.
En
la actualidad, se están abriendo fosas en el cementerio de San Fernando de Cádiz y,
quizás, un día, puedan dar sepultura digna a su padre.
En
la Causa 156/36 –sin sentencia, obviamente- que se le abrió a Francisco
Baptista Florenza consta su único delito: manifestar al comandante de ElCano que no colaboraría con el Glorioso Movimiento Nacional.
Ésta
es la justicia que podían esperar los que no pudieron marchar al exilio.
Gracias a Nena y a Pin por prestarme
su voz.
Fuentes:
CASADO MONTADO (1992) José, Trigo tronzado. Crónicas silenciadas y comentarios, San Fernando
(Cádiz): autor.
DOMINGUEZ PÉREZ, Alicia (2014) El verano que trajo un largo invierno, Cádiz: Quorum, Reeditado en
2011.
VEGA
BLASCO, Antonio de la (2009) El Cuerpo de
Maquinistas de la Armada (1850-1950), Madrid: Ministerio de defensa
Muy interesante. Así de poco justa era la justicia franquista. Hay que rescatar del olvido a todas las personas condenadas a muerte, cárcel o exilio por un régimen ilegal impuesto tras una guerra provocada por la rebelión de un grupo de militares. Perdón,sí. Olvido, nunca.
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